Ya hace seis semanas que se decretó el Estado de Alarma y el consiguiente confinamiento en nuestros hogares. Desde entonces, se han ido dando diferentes instrucciones cuyo fin es la limitación de la propagación del COVID-19
Desde entonces, los controles en las carreteras son constantes, con el fin de evitar en lo posible los desplazamientos sin justificación. Ya se vio en la pasada Semana Santa como cientos de conductores fueron sancionados por intentar desplazarse a segundas residencias. La picaresca hizo que algunos lo intentaran de noches, por lo que los controles, durante diferentes momentos se realizaron a lo largo de las 24 horas del día.
Las sanciones, recogidas en la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015, pueden oscilar entre los 601 y 30.000 euros, por lo que hay que pensarse mucho el riesgo que se corre. No es sólo el peligro de propagación del virus, por supuesto lo más importante, sino también el agujero que la multa puede hacernos en nuestro bolsillo.
A pesar de que se ha anunciado el comienzo de la desescalada y de que el próximo día 2 de mayo ya podrán realizarse algunas actividades, como practicar deporte al aire libre, la movilidad en nuestros vehículos sigue condicionada a una serie de parámetros muy claros: adquirir alimentos o productos de primera necesidad, para ir a trabajar u otras causas de fuerza mayor debidamente justificadas.
Por eso, la Dirección General de Tráfico ha anunciado que durante el Puente de Mayo se intensificarán los controles en las carreteras. La Guardia Civil ha publicado un mensaje en redes sociales para explicar cómo deben actuar los conductores que se encuentren con uno: «Si tienes que viajar y te encuentras con un dispositivo de verificación, explica a los guardias civiles el motivo que justifica tu desplazamiento y muéstrales, si tienes, un documento que lo acredite», recomiendan.
Desde el 15 de marzo, fecha en la que se decretó el Estado de alarma, han fallecido en accidentes de tráfico 44 personas, un 66& menos que hace un año. Lamentablemente ha aumentado la siniestralidad entre los profesionales del transporte, doblándose los 7 fallecidos de 2019.