La niebla es un fenómeno meteorológico que se produce cuando se forman nubes muy bajas, a nivel del suelo, que están compuestas por pequeñas partículas de agua que permanecen en suspensión. Su principal característica es la drástica reducción de visibilidad, lo que entraña un mayor riesgo de sufrir algún tipo de accidente al volante.
Hoy en día, todos los coches vienen equipados con faros antiniebla, tanto delanteros como traseros. Los segundos, al contrario que los primeros, son obligatorios. Los antinieblas delanteros son una luz muy brillante que busca iluminar lo que tenemos justo delante. Su escaso alcance las hace inútiles para iluminar la vía cuando no hay niebla.
Los antinieblas traseros también son muy luminosos y su objetivo es que nos divise el vehículo que viene detrás de nosotros. Si se utilizan con buena visibilidad pueden confundirse con las luces de freno e, incluso, molestar a otros conductores.
Las luces antiniebla solamente deben utilizarse en condiciones de baja visibilidad: niebla, tormentas, lluvia muy intensa, nevadas o tormentas de polvo. Utilizarlas en otras situaciones puede ser sancionado con una multa de 200 euros, según la Dirección General de Tráfico. Por consiguiente, debemos estar alertas y desconectarlas en caso de que las condiciones meteorológicas mejoren la visibilidad de la carretera.
Errores al conducir con niebla
Cuando conducimos con niebla debemos evitar utilizar las luces largas, ya que se reflejan en las microscópicas gotas de agua y dificultan aún más la visibilidad.
La falta de referencia para saber si vamos demasiado deprisa, nos hace en ocasiones conducir por encima del nivel de seguridad. Esta acción puede deberse al agobio que producen los bancos de niebla y las ganas de dejarlos atrás lo más rápidamente posible.
La poca visibilidad puede llevarnos a detener el coche. Pero nunca deberíamos hacerlo en lugares donde puede estorbar la circulación de otros vehículos, como es el caso del arcén de la carretera.
Con niebla aumentan las posibilidades de colisión por lo que es más imperativo mantener la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede.