Este fin de semana se producirá el cambio al horario de verano. Una buena noticia para para la mayoría de los mortales en general, ya que anochecerá más tarde, y para los conductores en particular, porque aumenta el número de horas diurnas a la hora de ponerse al volante.
Y es que, según las estadísticas, conducir de día disminuye las probabilidades de tener un accidente.
Eso sí, si conducimos a primera o última hora, deberemos tener precaución con la visibilidad, ya que los rayos de sol están muy bajos. La mejor solución, unas buenas gafas de sol y tener más cuidado.
Y por supuesto, tener en condiciones todo lo relacionado con la iluminación de nuestro vehículo, no sólo para ver mejor sino para que nos vean.
Tampoco debemos olvidar algo tan sencillo como llevar el parabrisas limpio.
A parte, claro está, están los efectos secundarios que el cambio de hora produce en nuestro cuerpo. Y es que, levantarse y acostarse 1 hora antes de lo que lo hacíamos puede significar, especialmente en algunas personas, una alteración significativa. Es posible sentir más cansancio, irritabilidad y cansancio. Lo bueno, que esa sensación desaparecerá en pocos días.
Para ayudar a pasarlo lo antes posible, es conveniente buscar momentos para meditar y relajarnos. Y también ir adaptando escalonadamente los horarios de las comidas; mejor que hacerlo de golpe.
Si durante estos días tenemos que hacer un viaje, no debemos olvidar que la fatiga y el sueño al volante están detrás de más del 30% de los accidentes de tráfico. Por ello siempre es necesario descansar bien antes de conducir. Es una actividad que exige atención constante y poner en marcha nuestros reflejos. La somnolencia disminuye nuestra capacidad de atención y hace que las reacciones sean más lentas. Si te sientes cansado al volante, no dudes en parar para descansar. Te juegas mucho.