Cuando llega el fin de semana son muchos los que cogen el coche para transportar su bicicleta para disfrutar de unas horas de ruta en contacto con la naturaleza. Algo que se valora quizás más en estos días de confinamientos y restricciones que vivimos.
Transportar una bicicleta en nuestro coche no es una tarea complicada, pero hay que prestar atención y hacerlo con todas las garantías de seguridad para proteger la seguridad tanto de nuestros pasajeros como del resto de vehículos.
Lo ideal es utilizar un portabicicletas que se adecúe a nuestro vehículo. En el mercado podemos encontrar diferentes tipos:
Para el techo. Nos deja acceso libre al maletero y no restan visibilidad. Si las bicicletas son ligeras, se colocan muy fácilmente. Como aspecto negativo, resta aerodinámica al vehículo y aumenta el consumo de combustible. También puede producir balanceos
Para el portón trasero. Con ellos podemos llevar hasta tres bicicletas. Además son los más baratos. Por el contrario, nos bloquean el acceso al maletero. Hay que tener cuidado al colocar las bicis para no cubrir ni los pilotos ni la matrícula.
De enganche. Son los de la famosa bola. Se colocan de manera fácil y rápida y no impiden acceder al maletero. Eso sí, requieren de instalación por un servicio profesional y pasar la consiguiente ITV.
Remolque. Casi para profesionales. Permite transportar hasta siete bicicletas.
Dependiendo del tipo de transportín, será necesario además, tener en cuenta las siguientes indicaciones. Si la instalación cubre la matrícula y los pilotos, tendremos que colocar una placa supletoria. Además hay que tener en cuenta que no está permitido que la bicicleta sobresalga por los laterales. En ese caso, habrá que desmontar las ruedas.
Por último, recuerda que si la bicicleta o cualquier otro objeto que transportemos sobresale por detrás, deberemos colocar una placa de señal V-20.