La congestión del tráfico es una de las mayores causas de estrés diario en las ciudades, y por tanto uno de los factores que provoca que tengamos accidentes. Además, normalmente cometemos ciertos errores que no ayudan a aliviar la congestión del tráfico, sino que la empeoran.

Además, los atascos sacan lo peor de nosotros. En lugar de actuar con calma, cometemos una serie de errores evitables que nos pueden poner en peligro y ayudar a que el atasco continúe.

La importancia de la distancia de seguridad

 Casi todo el mundo entiende la importancia de mantener la distancia de seguridad al conducir por la carretera, pero no en los atascos. Una vez que el tráfico comienza a disminuir la velocidad, los vehículos tienden a moverse lo más cerca posible entre sí, lo que aumenta significativamente el riesgo de colisión, que es el accidente más común en tales situaciones. Si no se respeta la distancia de seguridad y chocan dos o más vehículos, además de daños corporales, el atasco durará mucho más.

Acelerones y frenazos

Relacionado con lo anterior, la aceleración y el frenado bruscos también pueden conducir fácilmente a colisiones entre vehículos, mientras que una conducción suave y tranquila es más segura y fluida. Si el tráfico se detiene más tarde, no llegas más rápido recorriendo los mismos metros a mayor velocidad, simplemente, pasas más tiempo de pie y menos caminando. Lo que sucederá es un mayor consumo de gasolina, más contaminación y un desgaste más rápido de las pastillas de freno.

El uso de los intermitentes

La comunicación es fundamental para la convivencia social. Los humanos han ideado cientos de mecanismos y formas de comunicarse con precisión debido a lo importante que es. Los intermitentes sirven para comunicar si nos vamos a mover hacia la izquierda o hacia la derecha. Avisa también de paradas, averías y otras emergencias. En los atascos de tráfico, después de períodos prolongados de inactividad las velocidades extremadamente bajas, los conductores tienden a distraerse o a sentirse demasiado confiados y maniobrar sin señal. Es importante usar las señales de giro para que otros conductores sepan lo que va a pasar y puedan actuar en consecuencia.

Cambios de carril

En un atasco siempre tenemos la sensación de que los otros carriles avanzan más que el nuestro. Pero cambiar constantemente de carril ralentiza aún más el tráfico, mosquea al resto de conductores y aumenta las posibilidades de accidente. Para que un atasco termine rápido y el tráfico fluya, lo mejor es que todos los vehículos permanezcan en su carril.

Por último, tener prisa por llegar a nuestro destino es lo peor que nos puede ocurrir porque es imposible luchar contra los elementos. La prisa, los nervios y el estrés no hacen que el tráfico fluya. La tranquilidad, la precaución y la conducción responsable, sí.

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