¿Te gusta conducir? Preguntaban en un anuncio de coches hace unos años. Lo cierto es que no a todo el mundo le agrada ponerse delante del volante, pero se trata más que nada de una obligación. El caso es que cuando arrancamos el coche y empezamos a desplazarnos, imprimimos nuestro carácter a nuestro estilo de conducción. Aunque también hay casos a los que podríamos llamar Increíble Hulk, de personas que se transforman y que vuelcan toda su ira en el resto de coches y en la carretera.
Vamos a hacer un repaso de los tipos de conductor más habituales que nos podemos encontrar en la carretera. ¿Te identificas con alguno de ellos?
- Compulsivos. Son impacientes y generalmente conducen con exceso de velocidad, al tiempo que cambian constantemente de carril. Si el coche de delante les molesta, no dudan en usar las luces o el claxon.
- Respetuosos con el resto de conductores, mantienen la distancia de seguridad y no suelen sobrepasar el límite de velocidad. Llegan con bastante tiempo a su destino.
- Frenan y aceleran de manera repentina. Para ellos, el exceso de velocidad es algo normal. Si creen que les has hecho una pifia, puede que vayan a por ti para importunarte.
- Distraídos. Llevan casi siempre la música puesta y apenas se fijan en los retrovisores. Son dados a hablar por el móvil y a admirar el paisaje exterior. Carne de colisión.
- Suelen conducir a velocidades bajas y nunca encuentran el mejor momento para cambiar de carril, lo que les hace imprevisibles porque suelen reaccionar en el último momento.
- Conducen con el cuerpo pegado al volante, postura que no les permite realizar las maniobras con seguridad. Lo pasan mal y sólo cogen el coche por obligación. En ocasiones, esta actitud, se debe a algún accidente sufrido con anterioridad.